Con
el nombre de “La Hueste” o “La Sluagh” se designa a un grupo de hadas malignas
para el hombre. Hay quien dice que son los espíritus de los muertos que no
fueron perdonados y que vagan próximos al sitio donde murieron. Como no obtuvieron el perdón, desean vengarse
haciendo daño a los hombres que encuentren en su camino, a los que matan con
sus engaños provocándoles alucinaciones causando una muerte que parece
suicidio, muchas veces si encuentran un grupo de hombres sus engaños y hechizos
los convencen para que se maten entre sí. De día se esconden en cuevas entre
las montañas para que no les alcancen los rayos del sol. De noche salen a la
superficie y caminan por el bosque buscando a sus víctimas.
Otras
hadas que relacionan con la muerte son las Banshee o Bean Sidhe son de
mitología celta irlandesa que anuncian la muerte. Etimológicamente Bean Sidhe proviene del gaélico y significan
“mujer hada”. Cuentan en Irlanda y
Escocia que las Banshee se aparecen llorando ante las familias más antiguas del
país, anunciándoles la muerte de uno de sus miembros. Si son varias Banshees
que se presentan llorando, quiere decir que las persona que va a morir es un
miembro muy importante, normalmente el padre.
Explican
en Irlanda que la Banshee era la hija menos de uno de los clanes principales de allí, que murió muy joven y
continúa apegada a los de su clase, lo que justifica el hecho de que solo se
presenta ante las familias de renombre.
Otras voces apuntan a que las Banshees eran reinas del infierno que
bajaron a la tierra e forma de hadas y por eso conocen los secretos de la
muerte.
Por
último y no por menor importancia hablaremos de las oreadas, estas son ninfas
que habitan las montañas, estas ninfas eran de mucho carácter, aventureras,
amantes del riego, que disfrutaban acompañando a la diosa artemisa cuando
perseguía a las alimañas en alta montaña. Nunca tenían miedo y se divertían en
las alturas.
Estas
ninfas son las encargadas de engendrar a los héroes. Entre los hombres suscitan
una mezcla de miedo y la admiración. Se les acusa de robar niños, de perturbar
a aquellos a quienes se muestran y de volver locos a quienes se dedican a
espiarlas.